Día y medio atrás

Era viernes y me acababa de duchar. Destino, la facultad de Cine y TV de la Universidad, era mi primer día de clases en un taller de “Fotografía: Técnicas de en laboratorio Blanco y Negro” y mi gran motivación no era por la cual cerro el curso ese día.

Estaba perdido, no se por que ese viernes no había mucha gente, los estudiantes tienden a faltar los primeros días a las universidades, después del asueto invernal. A veinte minutos de acá, pronosticaban una cosa que le llaman Aguanieve y un Frío No muy Normal.

Después de caminar y dar vueltas sobre el viejo edificio educativo, por fin sobre una puerta oxidada un letrero hecho con hoja reciclada A1 y un marcador azul, casi sin tinta que decía: “TFLQByN: ES AQUI.”, me quede mirándolo tratando de descifrar, cuando un Señor de muy baja estatura y de descendencia Indígena me dice con una voz pausada “ Bienvenido, cual es tu nombre?, Este es el TALLER DE FOTOGRAFIA: LABORATORIO QUINTO BLANCO Y NEGRO”.
Lo primero que percibo es que el salón de clases, no era un salón de clases, era algún tipo de depósito para artefactos de reproducción y proyección de filminas, donde no habia ni mesas, ni sillas y menos un pizarrón. Casi todos se sentaron en el suelo yo me senté sobre un descompuesto y viejo televisor inmenso.
Bienvenidos..! Grita el Profesor Indígena, cuando entra sigilosamente una menuda muchacha rubia vestida de jeans, converse rosas muy limpias, camiseta azul cielo y sobre su cabeza perfectamente enganchados simétricos dos lasitos de plástico rosa con pequeños puntos azul cielo.

Hasta ahora Éramos siete en total, de los cuales solo dos eran mujeres, una chica “Goth” con dos maquinas análogas colgadas en su cuello y la otra muy “stranwerry” con una compacta Blanca Sony Cybershot en su mano (desconozco, por que la llevo), siempre con sus lasitos rosas con puntos azul cielo sobre su cabeza rubia y una cartuchera de “Saylor Moon”. El resto eran muchachos deprimidos con espíritus de cineastas frustrados (mi primera percepción), menos uno que se reía mucho no llevaba cámara, ni cuadernos ni algún tipo de lapicera (como yo) y se parecía mucho Steven Tyler, con la boca menos grande, sin chalinas floreadas, sin pantalones de cuero ajustados, sin su voz y sin el pelo tan largo.

Aprendimos un poco de las viejas películas y negativos fallidos, de cómo se ajusta “el crudo” en los tubos para el revelado, aprendimos a insertarlo en los carretos y a “ver con los ojos cerrados” (tal como dijo el profesor indígena).Salimos a fotear pruebas para trasladarlas al box de trabajo (el laboratorio). Recalco que no hablaría de composición y de técnicas, solo concentrémoslos en el revelado y sentiremos como"nos habla la imagen" (nuevamente, así dijo el profesor indígena).


(continua en: Marihuana para mis ojos)

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