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Volver

[a CLS]

Había  creado una especie de capa, más bien como algún tipo de funda protectora que cuida de mí, al principio por ser solo externo y no visible al resto, yo la llamaba “arma” era sobre mi dermis y al palparla producía la sensación que te deja la tela de caucho o goma , suave pero a la ves áspera, recia pero al mismo tiempo tersa, está en cambio era  viscosa y densa. No sabía que pensar cuando por si misma era expuesta ante los demás,a veces sentía que los otros no la percibían pero luego cuando la dejaba tocar me daba cuenta el profundo interés que aquellos terceros sacudían mi membrana. Poco a poco mi membrana fue creciendo, a veces al tratar de dormir esperaba que reventara y dejara restos de mi sobre las caras de quienes para ese entonces dormía junto a mi lado.
Todo sucedió hace un año y tres meses, cuando decidí “volver” volver significaba para mi regresar aun pasado relleno de trapos sucios que nunca se lavaron, volver significaba tomar un ascensor, volver era tan  simple como entrar en una sala blanca y vacía y presionar un botón rojo que inscripto dice:  “tocar con precaución” había mareo por que no estaba ensayado, para esa clase de “sacudón”. Al principio no sabía qué hacer, pensaba que había regresado al pasado mientras todo seguía intacto, la cama, el televisor, la gente con las mismas miradas, las mismas palabras, la misma ineptitud, los mismo mediocres, la misma rutina, las misma costumbres, pero también el mismo amor, el mismo error.
 En un café de Belgrano, ella me lo había dicho: “Sos un circulo que nunca cierra”. Y con su mano derecha me dio una servilleta.
A propósito de sus palabras, cuide los pasos para no cumplir sus predicciones, pero no fue así.
_Perdóname  Clau! Necesito VOLVER!
_Negro, las cosas tienen que regresar para terminarse y acabarse por sí solas aunque siempre existirá algo que atrás dejamos y NO consumimos.
VOLVÈ..!
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Hora dulce del dia amargo


[a ES]

Este pana, se merece llegar a tiempo a su vida, reposarla, calmarla, tomarla y hacerla descansar en un sillón grande, de cuero negro reclinable, de esos que se programan para masajear la espalda, quizás uno de esos puff; que tienen dentro esas bolitas de polietileno, que son vencedoras cuando luchan fácil por adaptarse al peso y a la forma que sostienen; independientemente al volumen de los errores que soporta. Sería buena idea que a su lado le acompañe un perro hermoso, como un Golden Retriever que le admire y que deje acariciar la alfombra densa y dorada de su dorso por los pies de un amo complaciente que ama y es amado por una mujer que ríe, que sueña, que se siente viva, que lee Vallejo y escucha Sabina, que en frente de miles le besa los labios como dulces naranjas y que sus ojos claros le recuerdan un mundo iluso y unos hijos que el adora.
[Pero no es así… ]

Hace seis semanas, un martes limpido...
Dos vueltas a la ciudad, mientras repasaban la común historia con los contrapunteos ácidos que en aquella época se practicaban. Esa habilidad de no conversar mirándose, ese don de hablar para hundir al otro, ese vital propósito de hacer coraza y protegerse, ese privilegio de “el rápido preámbulo cortes” para huir, esconderse, quitar las ropas, besar, tocar, sentir, penetrar su adentro y finalmente creerse satisfecho.

...y ahora? Dijo en medio del silencio, atravesando un elevado azul a los pies de circunvalación uno. / Allá justo después del puente creo que se llama “El Sol”, o algo así. - Respondió con propiedad / Es feo? / Si…! Pero sirve / Está escondido? / NO.! Pero sirve. / La experiencia del Pichoncito... - Dijo con un gesto de asombro sobreactuado. / La destreza de quien es Infiel. – Respondido satisfecho. / La sonrisa del ingenuo..! - Exclamo. Con tono de Defensiva. / La que tiene , quien te espera..! - Dice riendo. Retorciendo el retrovisor lateral derecho del “Elantra” y sacando un clorets de su bolsillo. / Infiel, Los dos..! / Ahora solo vos. / Infiel a vos mismo y antes a quien decías amar. - Dijo con un signo de comodidad. / “NO DECIA” , “SENTIA”. Respondió muy bajo y con ojos tristes. ...es tan fácil herir – murmuro.

Una pausa […]

¿Cuántos encuentros fueron? / Apenas tres. / Tres grandes..! / Inolvidables y muy..! / ETERNOS...! – (Interrumpió). / Que no olvido. / Que no borramos. / En las noches mi mano derecha te simula, pensando en ello.

De nuevo. Una pausa […]

El zumbido incomodo del silencio batido con el ruido del aire acondicionado y el baile del crucifijo colgado en el espejo, obligo un bombardeo de preguntas banales, bajo una nube tan turbia y la pila más alta.

¿Como te recibió el cielo? ¿Llovió? Veis que ahora todo es rojo..! ¿Te gustan aun las cancioncitas de los Ochentas? Fuiste al fin del mundo? Lo llaman así, no? Que edad es la que tenéis vos? …Estas más gordo pero más joven..! / -No te acordáis? Ocho menos que vos, En cambio vos, lo contrario. -Le dijo tocándole la entrepierna, hundiendo su dedos índice y anular en el jeans / Has aprendido por aquellas tierras..! / Ahora quien es pichón?. – Respondió sonriendo.

El estaba preso, de su propia libertad, pero no lo sabía, o no lo entendía, o no estaba consciente o no lo asimilaba. Era como estar descalzo y de puntillas buscando un grillete perdido en un campo de batalla.

Siempre que el mire a esa persona mirara a Hung Grant alegando, sentado en un juzgado diciendo: "A veces la mejor comida está en casa, pero uno quiere una hamburguesa llena de colesterol en la calle.

Camino al placer recordó sus ganas por que es intolerable no pensar en las ganas cuando se reprime un deseo, estaba muy claro, ansioso y decidido, pero a veces se transformaba en un conejillo indefenso que convertía el asiento copiloto en una silla de fuego. Su corazón ardía, latía.

…Ardía y Latia.

110 el Valor de esos billetes que entrego, 42 era el numero de la habitación, 2 las mujeres por quien pensaba, 100 eran las razones para huir de allí, sin embargo, dentro de ella había una, una sola, un solo motivo por quedarse, motivo que se extendió dos horas exactas, tiempo suficiente para NO lamentarse.

Se lleno el espacio de la cama, porque era comprensible que los cuerpos la abordaran. El hambre cedió su fin y el hambriento sacio su gula.

Vos decís que lo que sentís es sexual, en cambio yo creo que cuando me veis, me veis con ojos de corazón. / Como son esos ojos? / Así mira..! Así..! Como me veis ahora; entre cerrados, entre abiertos y con ganas de decirme algo. …Vai vení, apaga ese cigarro y vénite que una hora me voy..! / _Decime…! - Le dijo atento con gesto de burla, desnudo apoyando su espalda en el respaldo flojo e improvisado de la cama, mirando su boca a través del espejo de enfrente / _”Yo solo soy una hora, una hora dulce en el día amargo de un dolido jodido que anda por ahí” No sabéis mentir y te falta mucho por vivir. Buscáis un eslabón y no lo conseguís - Dice rápidamente mientras gatea en el colchón para acercársele / Vos creéis que la naturaleza del hombre es así? Pregunta a dos milímetros de sus labios. /NO..! NO creo, pienso que hay hombres inteligentes y afortunados que reconocen el amor. Dice mientras le abre la boca con su lengua.

El se impacienta y trata de huir separando diez centímetros los cuerpos, pero la luz de las cinco de la tarde colada por la ventana barata reflejaba un cuerpo amarillo con una piel vivida; suave pero a la vez áspera, blanda pero simultáneamente dura. Entre sus pezones había un espacio inmenso parecido a un estadio pastoso de beisbol y el olor de su piel simulaba un campo de flores silvestres mezclada con un sudor tardío rociado de Chanel Nro. 5 ó alguno de Gautier. En cambio su sabor era diferente, frutal, cuando se desprendía; dependía de la textura y la zona donde emergía, a veces unos gajos de mandarinas francesas eran agrios y dulces, habían frambuesas en el paladar, algunos viscosos trozos de mangos eran amargos y otros de nísperos mordidos semejaban mi predilectos. Entre los dedos o entre las piernas, donde la carne esta mas escondida esta, en los pliegues, en las grietas , en aquellas fisuras de las pieles que difícilmente se ven, se ocultaba ….

El clasificaba sus zonas como cortes de carnes vacunas, no había cabida para otro análogo cuando se apega el desenfrenado deseo y la cordura se apaga. Tácito a veces arriba, otras abajo. Desesperados pero pacientes. Voluntarios e imprudentes. A veces con rabia como cobrando una condena, a veces tibio, a veces lento.

Descansaban como si se tratase de una práctica para una olimpiada, intermitente reían por que era absurdo vivir una vida después de estar ahí, recordando una historia en una habitación salmón con una cinta perimetral de estampadas rosas rojas, un agua mineral Minalba en el piso, un techo de espejos y una peinadora color caoba.